Las siguientes palabras las envío Natalia Villalobos, gracias por los aportes.
"29 de noviembre:
Sólo a ti puedo contarte esto, mi papá nos dejó cuando yo era muy pequeña. Mami dice que mi papá se fue porque quiso a otra señora más que mí. No quiero verlo.
1 de diciembre:
Mami dice que no puede impedirlo, que los abogados la obligan. Por qué son tan malos los abogados.
2 de diciembre:
Este fin de semana veré a mi papá, no quiero, tengo miedo, si no me quiere por qué ahora estoy obligada a verlo. Ojalá nos dejará en paz a mi mami y a mí, es malo, realmente malo. Lloré tanto que mi mami me dio un caramelo, sabe que me encantan.
5 de diciembre:
Estoy en la casa de mi papá, llamé a mi mami y estaba llorando, me dio tanta pena que yo también lo hice. Pero ahora estoy más tranquila y te contaré mi día. Mami me trajo a la casa de papá, el salió a recibirnos y me dio un abrazo y un beso sin siquiera saludar a mi mami. Ella se fue casi al tiro, no quería que se fuera, no quería que me dejara con él.
Después entramos a la casa y estaba la señora de quien me hablo mi mami, es más joven que ella pero más fea. Almorzamos pero yo no quería comer, creo que la señora se molestó, me alegro por eso. Después mi papá me llevó a un parque, era muy lindo pero no podía dejar de pensar en por qué él me obligaba a eso. Yo no quería estar con él.
Me contó qué hacía, me preguntó por el colegio, mi amigos. Se veía interesado y contento aunque en un momento pensé que lloraría.
En la tarde volvimos a su casa y comimos, la señora ya no parecía molesta y trató de bromear conmigo, es graciosa pero no quise reír con ella.
Te dejo por ahora, aún tengo pena por mi mami, la echo de menos.
6 de diciembre:
Hoy iremos a un parque de diversiones.
8 de diciembre:
Hoy no tuve que ir al colegio, es feriado por algo de la Virgen, me alegro por eso, así estaré más tiempo con mi mami.
8 de diciembre en la tarde:
Estoy sola en mi pieza, mi mami casi me hace llorar, me preguntó sobre la visita a mi papi y se molestó porque yo estuve contenta con él el domingo. Te contaré a ti por qué fue así, no escribí esto antes porque no tuve tiempo pero ahora lo tendré porque mi mami no me habla.
Cuando fuimos al parque llevé la carterita de charol que mi mami me regaló para no olvidarme de ella. No recuerdo el nombre del lugar y ahora no tengo la entrada por lo que otro día te cuento cómo se llama. Era un lugar precioso, pocas veces había visto tantos niños tan solo en el colegio, había además muchos globos y juegos. Mi papi me compró un globo y un algodón de azúcar, me subí a las tazitas, al carrusel, a una rueda gigante que daba vueltas en la que parecía que estábamos volando, nos miramos en unos espejos que nos hacían ver más grandes, chicos, gordos o flacos, fue muy entretenido. Estuvimos toda la tarde allá, la señora me hizo reír harto, me dijo que la llamara tía Lucy.
Después que le conté esas cosas a mi mami se enojó, no entiendo qué hice mal, estoy tan triste.
9 de diciembre:
Veré de nuevo a mi papi este fin de semana, espero que me lleve a otro lugar entretenido.
13 de diciembre:
Este fin de semana ha sido maravilloso, fui con mi papi y con la tía Lucy al zoológico, conocí a muchos animales y les di maní a los monitos y a las jirafas, papi dice que no hay que hacerlo pero que será nuestro secreto. El elefante es gigante igual que las jirafas, los pájaros son gritones y me asusté mucho con las culebras pero tía Lucy me dijo que no me preocupara porque el vidrio nos pretegía. Lo que no me gustó fueron los leones y el hipopótamo, son muy flojos, apenas se movían. Se me olvidaba contarte del oso polar, me pareció tierno pero me dio penita, parecía que tenía mucho calor.
16 de diciembre:
Mami me ha regalado una muñeca, dice que es para que no piense que no me quiere, que al contrario, ella me ama. No entiendo, sé que me ama pero me hace daño con esto, no necesito que me haga regalos para demostrarme su amor.
5 de enero:
Han pasado tantas cosas en este tiempo. Mi papi me ha dicho que me ama, que si se mantuvo alejado tanto tiempo no es porque él lo hubiera querido así, sino porque se vio obligado por los abogados y por mi mami. No me gusta que hable así de ella. Pero mi mami también hace eso, culpa a mi papi de todo y yo estoy en medio. No sé qué hacer, no puedo optar por uno o por el otro, ambos quizás tienen razón, pero ambos también se equivocan y me hacen sufrir. Ojalá tú fueses una persona para que me dieras un abrazo apretado."
Envíe sus cinco palabras a edov.tales@gmail.com
Santiago de Chile
11 de septiembre de 1973
7:55 A.M. Radio Corporación
Habla el presidente de la República desde el Palacio de La Moneda. Informaciones confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado Valparaíso y que la ciudad estaría ocupada, lo que significa un levantamiento contra el Gobierno, del Gobierno legítimamente constituido, del Gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del ciudadano.
En estas circunstancias, llamo a todos los trabajadores. Que ocupen sus puestos de trabajo, que concurran a sus fábricas, que mantengan la calma y serenidad. Hasta este momento en Santiago no se ha producido ningún movimiento extraordinario de tropas y, según me ha informado el jefe de la Guarnición, Santiago estaría acuartelado y normal.
En todo caso yo estoy aquí, en el Palacio de Gobierno, y me quedaré aquí defendiendo al Gobierno que represento por voluntad del pueblo. Lo que deseo, esencialmente, es que los trabajadores estén atentos, vigilantes y que eviten provocaciones. Como primera etapa tenemos que ver la respuesta, que espero sea positiva, de los soldados de la Patria, que han jurado defender el régimen establecido que es la expresión de la voluntad ciudadana, y que cumplirán con la doctrina que prestigió a Chile y le prestigia el profesionalismo de las Fuerzas Armadas. En estas circunstancias, tengo la certeza de que los soldados sabrán cumplir con su obligación. De todas maneras, el pueblo y los trabajadores, fundamentalmente, deben estar movilizados activamente, pero en sus sitios de trabajo, escuchando el llamado que pueda hacerle y las instrucciones que les dé el compañero presidente de la República.
8:15 A.M.
Trabajadores de Chile:
Les habla el presidente de la República. Las noticias que tenemos hasta estos instantes nos revelan la existencia de una insurrección de la Marina en la Provincia de Valparaíso. He ordenado que las tropas del Ejército se dirijan a Valparaíso para sofocar este intento golpista. Deben esperar la instrucciones que emanan de la Presidencia. Tengan la seguridad de que el Presidente permanecerá en el Palacio de La Moneda defendiendo el Gobierno de los Trabajadores. Tengan la certeza que haré respetar la voluntad del pueblo que me entregara el mando de la nación hasta el 4 de Noviembre de 1976. Deben permanecer atentos en sus sitios de trabajo a la espera de mis informaciones. Las fuerzas leales respetando el juramento hecho a las autoridades, junto a los trabajadores organizados, aplastarán el golpe fascista que amenaza a la Patria.
8:45 A.M.
Compañeros que me escuchan:
La situación es crítica, hacemos frente a un golpe de Estado en que participan la mayoría de las Fuerzas Armadas. En esta hora aciaga quiero recordarles algunas de mis palabras dichas el año 1971, se las digo con calma, con absoluta tranquilidad, yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el Gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo. Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la diferencia quizás que las cosas serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será una lección objetiva muy clara para las masas de que esta gente no se detiene ante nada. Yo tenía contabilizada esta posibilidad, no la ofrezco ni la facilito. El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente. Podrá demorarse, podrá prolongarse, pero a la postre no podrá detenerse. Compañeros, permanezcan atentos a las informaciones en sus sitios de trabajo, que el compañero Presidente no abandonará a su pueblo ni su sitio de trabajo. Permaneceré aquí en La Moneda inclusive a costa de mi propia vida.
9:03 A.M. Radio Magallanes
En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato conciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas. En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.
Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina de las Fuerzas Armadas.
El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.
9:10 A.M.
Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.
Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.
Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará.
Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria.
El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.
Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.
¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!
Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.
He vuelto, gracias a las personas que se han mantenido "fieles" esperando un nuevo escrito, pero mi crisis de escritor llegó a su apogeo máximo en el último tiempo, pero espero volver de nuevo a estas pistas.
Estas palabras las envío Rodrigo Riquelme hace mucho tiempo, lamento la demora y espero que lo disfruten:
"Mi nombre es Patricio González, soy piloto militar y me encuentro totalmente perdido desde hace más de una semana.
Sobrevolaba el sector ubicado aproximadamente cerca del meridiano 72º58' W y paralelo 39º50' S, cerca de la ciudad de Valdivia, para aquellos que no conocen es un sector con bastante de humedad, lleno de ríos y con abundante vegetación.
Era un vuelo de rutina, en medio del vuelo mi avión comenzó a sufrir un desperfecto, noté un intenso sonido que me hizo doler los oídos. Luego los circuitos y sistemas dejaron de funcionar y caí estrepitosamente, logré eyectarme y sin posibilidad de impedirlo me vi cegado por un gran resplendor. Sentía como caía lentamente gracias al paracaídas de emergencia. No podía abrir los ojos que me ardían y aquel sonido era cada vez más débil hasta que dejé de escucharlo.
Al posarme sobre tierra sano y salvo sentí la superficie extremadamente caliente, bastante extraño en esta zona por lo general húmeda. Aún me dolían los ojos por lo que comencé a palpar con mis manos los alrededores y ante mi asombro noté que era arena, no recordaba ninguna playa en ese sector, además estaba ese calor inusual.
No sé si habrá sido la sorpresa que me descolocó, pero tarde varios minutos en recuperar mi vista, nunca me habían ardido de tal forma mis ojos. No sé si hubiera sido mejor no volver a ver porque simplemente no pude entender lo que había sucedido, me encontraba en un desierto. Mi avión se encontraba a unos trescientos metros de distancia, totalmente destrozado, me dirigí a él para buscar algunos instrumentos que me ayudaran a entender dónde me encontraba, hacía un calor espantoso, no podía comprender cómo ni por qué había operado este cambio en el terreno.
A mi pesar, todos los instrumentos no funcionaban, incluso mi brújula de bolsillo no respondía. Me refugié en mi avión para pasar el día, mi idea era esperar a que anocheciera para ver mediante las estrellas mi ubicación. Cuando oscureció mi idea no resultó, en mi vida había visto un firmamento como este, veía dos lunas además de estrellas y constelaciones totalmente desconocidas, mi desesperación no tenía límites. Dónde estaba, qué sería de mí.
Pasaron de esa forma dos días y dos noches más, revisaba a cada momento mis instrumentos y el firmamento esperando despertar de aquella pesadilla, pero ni uno solo cambio. Intenté realizar algunos arreglos en el avión que tampoco resultaron, de día el calor era insoportable y de noche el frío calaba los huesos.
En la madrugada de la tercera noche sucedió algo que me hizo estremecer y cambió todo, estaba durmiendo entre los restos de mi avión cuando comencé a escuchar nuevamente el sonido del día del accidente. Me incorporé lentamente, el frío me congelaba y el sonido era cada vez más fuerte, comenzaron a dolerme los oídos y me mareé, pero sin aviso el sonido se detuvo cuando casi sentía que mi cabeza estallaría. Me quedé quieto, con los ojos cerrados y lo escuché, no el sonido anterior sino una especie de respiración entrecortada.
Abrí mis ojos y esta vez mi impresión fue mucho mayor que el día del accidente, deseé estar ciego, y no haber visto aquella pestilente forma, solo fue un segundo y huyó, me parecieron siglos y aún tengo en mi cabeza esa imagen.
Me quedé despierto el resto de la noche. Durante el día siguiente pensé en qué hacer, estaba completamente aterrado pero de forma estúpida decidí esperar para ver qué sucedía esa noche. Traté de dormir durante el día para mantenerme despierto en la noche, pero el calor era tan abrasador que me fue imposible, finalmente al anochecer el sueño me venció.
Como había imaginado, desperté por aquel sonido estando todo oscuro a mi alrededor. Sin demora me incorporé y esperé hasta que se apagó, traté de escuchar la respiración pero ante mi sorpresa noté que no era una criatura respirando, sino varias. El ruido de la arena siendo removida llegaba a mí con tanta claridad que me estremecía, de vez en cuando sentía un hálito cercano a mí pero no lograba ver nada, salvo en una ocasión que creí ver un movimiento a mi izquierda. Pasé toda la noche en vela aterrado, el acoso era incesante.
Cuando llegó el alba decidí marcharme, hasta aquel momento solo se habían presentado de noche, así que usaría el día para llegar lo más lejos posible y ahí vería que sucedía. Si moría deshidratado en el desierto, seguramente sería mejor que caer en las garras de aquellas criaturas.
Caminé todo lo que pude, avancé varios kilómetros antes que anocheciera, caí rendido y sediento. Me dormí y no sentí aquel sonido estremecedor aquella noche.
Así han pasado dos días más. Camino bajo el sol, la falta de agua es cada vez más notoria, sino fuera por mi entrenamiento militar ya habría muerto. Trato de beber lo mínimo para ahorrar, pero debido a esto mis fuerzas son cada vez menores y mi avanzar más lento. Anoche creí sentir nuevamente aquel sonido, ya deben estar alcanzándome”
Lo que les he dado a conocer es un archivo clasificado que he encontrado. Cuando lo leí me espanté, aquel piloto sufrió un accidente hace algunos años, los rescatistas solo demoraron unas doce horas en encontrar el avión siniestrado, a su lado se encontraba el cadáver del piloto, tenía la barba crecida de más de una semana y con señales de deshidratación. En su rostro, según las personas que estuvieron presentes y que testificaron unas horas después, se veía una mirada de espanto que los aterrorizó. He logrado entrevistarme con algunos de ellos y todos sufren pesadillas cada noche con el rostro del pobre desgraciado.
El cuaderno donde el piloto escribió estaba ente sus ropas. Qué sucedió con él, es imposible de explicar, solo quiero creer que si la historia es real ojalá haya muerto de deshidratación antes de que fuera alcanzado, así quizás, su alma podría descansar en paz.
Debo reconocer que esta vez me costó bastante escribir la historia. Las palabras fueron enviadas por Benjamín Valenzuela.
Recuerden enviar sus cinco (5) palabras a edov.tales@gmail.com
"Conocí a Camilo a través de un amigo, lo vi una noche y quedé encantada, era un chico con un carisma especial, nunca he vuelto a conocer a una persona con sus características psicológicas.
Debo decir que soy una persona bastante tímida por lo que no me acerqué a él, debido a esto no supo de mi existencia más allá del saludo, o al menos eso creí yo. Pasó el tiempo hasta que cierto día alguien me agregó a msn, pasaron 2 días más y recién apareció, yo sentí curiosidad ya que como podrán comprender al ser tan tímida mi círculo social no es muy amplio.
Mi sorpresa fue muy grande al saber que era él y en ese momento no solo me hablo, también se declaró, me dijo que le había gustado desde el primer momento lo que me dejó anonadada. De esa forma comenzamos una relación amorosa solo algunos días después de que me contactara.
Todo fue hermoso al principio, era tierno y bastante romántico, me hacía regalos muy lindos y siempre se preocupaba por mí. Mostraba una devoción hacia mí digna de una reina, fue una de las épocas más felices de mi vida. Todo continúo igual hasta que hubo un cambio abrupto en su forma de ser.
Primero comenzó a ser más frío y pasábamos menos tiempo juntos, siempre tenía motivos (o excusas) para no juntarnos, comenzaron a aparecer nuevas amigas en su página personal, las pocas veces que estábamos juntos recibía misteriosas llamadas que contestaba en otra habitación o mensajes que luego de leerlos los eliminaba inmediatamente, a pesar de que nunca fui muy celosa.
Con el correr de las semanas las cosas fueron empeorando, comenzamos a discutir por cosas banales más y más seguido. Todo el amor, el cariño y el respeto que nos habíamos profesado habían pasado al olvido.
Yo no quería aceptar la verdad, pero sabía casi con precisión que lo nuestro había terminado y me sentía muy mal. Le había entregado todo, mi amor, mi tiempo, mi preocupación y por supuesto mi virginidad.
El último día que lo vi fue en su universidad, fui a verlo pensando (estúpidamente) que podríamos arreglar las cosas entre nosotros. Caminé desde el metro hacia la entrada, luego avancé hasta su facultad, no le había avisado pensando en darle una sorpresa. Lo que vi me dejó impactada, algunos metros más adelante estaba él besando a otra mujer, me sentí mareada y un escalofrío recorrió mi cuerpo, hubiese caído sino me hubiese sujetado un muchacho que pasaba junto a mí. Se creó una confusión a mi alrededor, muchas personas me rodearon y Camilo notó la confusión, se volvió hacia donde estaba pero no notó que era yo porque las mismas personas que me observaban cubrían mi rostro.
Me llevaron al centro médico de la universidad, me sentía como en una novela de ficción, pasaron varios minutos, quizás horas antes de que me dejaran marchar. Caminé hacia el metro, en cada parte veía parejas recordando en cada una de ellas a él besando a la otra mujer. Las lágrimas me ahogaban, caminé sintiéndome asquerosa y no noté hasta casi llegar al metro que alguien me iba siguiendo, era el joven que había evitado mi caída. Me miró y me sonrió, que linda era su mirada.
Se acercó a mí y me dijo -lo siento- luego me abrazó, no pude evitar el llanto, sentí que mi corazón se me iba a escapar del cuerpo, lloré por muchos minutos y él continuaba callado, solo me abrazaba de forma tierna pero firme.
Su nombre era Cristián, me contó todo, sabía quien era yo y conocía a Nicolás porque eran compañeros en un ramo pero estudiaban cosas distintas. Me había visto varias veces con él pero también lo había visto con otras mujeres. Por eso no fue casualidad que estuviera a mi lado en aquel momento, me había seguido sabiendo que yo descubriría la verdad, me pidió perdón por no evitarme aquel daño pero era mejor así, saber la verdad pese al dolor.
No supe nada más de Camilo. Con Cristián nos hicimos amigos, luego amantes, ahora llevamos varios años juntos. He contrapuesto algunas veces ambas relaciones y siempre he concluido lo mismo, es lo mejor que pudo haber pasado."
Palabras enviadas por Felipe Pinto, compañero de Universidad.
Lamento no haber escrito algo antes, pero este mes ha sido un real colapso en todo sentido, pero no les quiero dar la lata así que no escribiré mucho más acá. Aunque antes de desperdirme les quiero pedir un favor, ojalá lean el siguiente texto lo más open minded posible, porque es un texto bastante extraño y un tanto pornográfico.
Espero que lo disfruten.
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Recuerdo que un amigo una vez me dijo "que bien se siente estar ebrio, no borracho sino medio mareado, me tomaría una cerveza cada unas pocas horas para andar todos los días así". Mientras escuchaba la verborrea de ideas que me decía ella me sentía de esa forma, mareado pero no borracho. Por lo que comencé a besar su entrepiernas nuevamente y lamer su vagina, sin pensar en otra cosa más que en su próximo orgasmo, continué lamiendo hasta que mi lengua se concentró en su clítoris, a esa altura bien notorio, separé sus labios con mis dedos pulgar e índice y la penetré de forma candenciosa con el dedo del corazón y el anular, por supuesto el meñique también tenía su función, con cada penetración rozaba la abertura de su ano dándole aún más sensaciones.
"Maldito hedonista" escuché sin detenerme -hedonista- pensé mientras continuaba hasta que su orgasmo inundó mi lengua con fluídos agridulces y su cuerpo no paraba de tiritar. Me recosté con la botella en la mano, bebí de ella y le pregunté "¿Qué es ser hedonista?" mientras le tendía la botella a ella quien la cogió y bebió un largo trago. "Es quien busca la satisfacción de él y de los otros, solo piensa en el placer dejando de lado las otras cosas" fue la respuesta que me dio antes de incorporarse y dirigir sus labios hacia mi pene. -Soy un hedonista- pensaba mientras descargaba mi semen en su boca.
Algunos años después, cuando ya había perdido la cuenta de mis parejas sexuales, recordaba esa escena, que extraño era eso. Era un niño en ese tiempo pero aún así mi personalidad y gustos se encontraban bien definidos, ahora en el presente continuaba siendo igual, salvo que con más experiencias.
Manuel, Manuel, Manuel, el tierno Manuel me mira, me gustan sus ojos pardos y sus movimientos, no es femenino ni tampoco muy masculino, digamos que pertenece al término medio que me encanta y excita. "Hola, ¿quieres ir a tomar una cerveza conmigo?". Directo, así hay que ser. Ahora me gusta más, el tono rojizo que tomaron sus mejillas debido a la sorpresa y a la vergüenza lo hace más deseable.
Sin mucho preámbulo vamos a mi apartamento, ahora se muestra más seguro, ¿cuánto le durará? espero que lo suficiente para que no sea solo un polvo más, quiero una conversación interesante, no me defraudes Manuel.
Excelente, así que dice que no es virgen, una pequeña mentira de su parte, se te nota en los ojos mi inocente pequeño pero tú lo decidiste así cuando me mentiste. Te haré mío, primero los besos, ahora comienza a sentir mi excitación, esto es perfecto, si quieres jugar lo haremos a que tienes experiencia. Yo te mostraré algunos de mis juguetes fetichistas.
Desnudo y esposado eres mío, que placer sentir la presión de tu ano en mi pene. Gime, quiero oírte gritar y jadear en cada una de mis embestidas. ¡Sí! acabar y llenarte de semen se siente delicioso, ahora te toca, pero de otra forma, me recuesto, quiero que continúes en esa posición mientras chupo tu pene. Cuidado muchacho, casi me atoro, se notan tus ansias, mejor con mi mano izquierda controlaré tus movimientos y con la derecha te haré acabar, jugaré contigo a mi ritmo. Hace tiempo no siento el sabor del semen, déjame sentirlo, descárgate en mí.
Horas ya han pasado desde que se fue, continúo acostado y desnudo en mi cama. Mareado, que placer, sexo y cerveza, no creo que encuentre a lo largo de mi vida otra mezcla más placentera.
-¡Es tu maldita culpa!- me gritó ella.
Mientras se vestía de forma apresurada. Yo sabía que tenía razón.
-Mi amor, no puedes irte, te amo como nunca he amado.
-Claro, por eso me engañaste.
"Maldito hedonista" pasó por mi mente, aquella estúpida frase.
-Puedo cambiar por ti, por favor dame otra oportunidad- le supliqué mientras veía la forma de sus pezones a través de su polera, bastante notorios debido al frío de la época. -No puedes irte, te amo y te deseo- estúpido, nunca aprenderé, me deja la única persona a quien he logrado amar y solo pienso en que no volveré a hacer el amor con ella, penetrarla, eyacular en su boca y en su cuerpo, besarla y lamerla, provocarle un orgasmo tras otro hasta que gritara debido al dolor y cansancio de cada músculo de su cuerpo.
Maldito hedonista.
Le tomo su mano pero se suelta y me abofetea. Se marcha sin mirar atrás dejándome de rodillas con lágrimas corriendo por mis mejillas. Al alcance de mi mano está la cerveza, bebo lo que queda de ella y me dejo caer llorando sobre la alfombra.
Maldito hedonista.
"... solo piensa en el placer dejando de lado las otras cosas".
Que sutil y perfecta su venganza. Recuerdo de nuevo la escena, recuerdo a aquella mujer que no volví a ver nunca después de esa noche porque la mujer que amo y que ahora me deja me lo pidió.
Maldito hedonista. Una y otra vez.
Maldito hedonista. >>
Envíe sus 5 palabras al mail edov.tales@gmail.com
Palabras enviadas por Claudia Niño de Zepeda.
Próximos cuentos en proceso.
"Camilo siempre fue una persona fiel, amaba a su novia y respetaba como nadie a su familia. Tenía 26 años, se había recibido de ingeniero y tenía un trabajo estable, su independencia se había consumado algunos meses atrás.
Pero Camilo no sabía que su destino iba a cambiar de forma tan drástica sin ningún tipo de anuncio. Todo sucedió una mañana de martes, viajaba en el tren rumbo a Rancagua, quería concretar un negocio que había iniciado en tiempo atrás. Viajaba escuchando música en su I-Pod cuando vio de reojo pasar a una niña vestida de negro con unas alas en su espalda, esto fue lo que realmente hizo que se fijara en ella.
Esperó de forma paciente por si volvía a pasar, pasaron los minutos, uno tras otro, se comenzó a sentir nervioso, quería que pasara luego pero esto no sucedía. -Habrá sido un ángel- se preguntó, -pero iba de negro, quizás eran un demonio- se respondió a sí mismo.
Llegó el momento en que su paciencia se agotó y se paró a buscarla. Grande fue su sorpresa cuando la vio frente a él, completamente de negro, un vestido ajustado hasta las rodillas, medias negras caladas y unas botas negras con hebillas plateadas, su corsé era oscuro, las cintas que lo cerraban se veían sedosas, -solo un simple movimiento y se soltarían- fue lo que cruzó por su mente causando que se sonrojara sutilmente. Sus uñas eran largas y negras, llevaba un par de anillos y una pulsera de plata, volvió a subir su vista, sus pechos eran claros y se notaban exuberantes bajo la presión del corsé, en el cuello colgaba una cadena con un Ankh prendido a ella. Finalmente vio su rostro, su tes clara no era resultado de maquillaje, tenía unos labios gruesos y bastante definidos, extremadamente sensuales, su cabello era rojo, un rojo claro. Pero lo que realmente llamó su atención fueron sus ojos delineados al estilo egipcio, estos ocultaban una mirada sencillamente inocente, solo había inocencia en ellos ni un solo pequeño de rasgo de otra cosa. Las alas quedaron totalmente fuera de su mente, las veía pero solo pensaba en sus ojos.
-Permiso- le dijo ella con una sonrisa sutil en sus labios.
-Yo... yo... emm... yo, te...- tartamudeó.
Le confesaría el amor que había brotado en él sin duda alguna. Pero antes que pudiera continuar ella pasó a su lado y prosiguió su camino, Camilo se giró y la vio avanzar hasta donde la esperaba un muchacho vestido también de negro a quien dio un abrazo y luego un apasionado beso.
Camilo se volvió a sentar y supo que nunca la olvidaría. Luego se durmió."
Click acá para leer las bases del proyecto
Palabras enviadas por Nicole Coccio, compañera de Universidad.
Perdón por la demora, gracias a los que leen y aportan en éste proyecto.
"Esteban corría lo más rápido que podía, sabía que la luna no tardaría en salir. No podía creer que hubiese sido tan irresponsable, tenía que llegar antes que la luna se mostrara completa, era su única oportunidad.
Patricia tenía miedo, pero lo amaba, ahora estaba en su guarida pero sentía acercarse la luna. Hasta ahora gracias al perfume que le había proporcionado ese mago no la percibían, pero con la llegada de la luna sería imposible y su naturaleza saldría a flote dejando al descubierto la mentira.
Correr, correr sin parar, llegar y salvar a Patricia, sus pensamientos eran una rápida mezcla de las mismas palabras una y otra vez, correr y correr, llegar y salvar a Patricia.
Patricia comenzó a sentir las primeras fases de la mutación, aún no podía controlar su horrenda naturaleza, le llevaría años y solo llevaba un mes desde el ataque del lobo en el cual su amado Esteban la había salvado, -salvado- pensó, que irónica sonaba la palabra en aquella circunstancia, en esa casa, rodeada de tantos enemigos mortales.
-Falta poco, aún es tiempo- pensó con lo último que le quedaba de esperanza, aunque en realidad sabía que no había tiempo, solo dos cuadras, solo una más. Su mente volaba más rápido que él, hasta que escuchó el primero de muchos gritos. -Al menos que no la dañen tanto hasta que alcance a llegar- pensó, cuando escuchó uno de aquellos desgarradores gritos de muerte, no podría olvidar aquel sonido después de haberlo escuchado un mes atrás por ese maldito licántropo.
Cuando llegó la escena fue espantosa, sangre por todas partes. Leticia estaba herida, Camila también pero se mantenía en pie luchando junto a Manuel. Esteban observó el resto de la habitación y vio en el otro extremo a Patricia, pero ya no era ella, su cuerpo había mutado, pelos y colmillos, era un licántropo perfecto pero llena de sangre, su propia sangre sobre su cuerpo y la sangre de sus hermanos vampiros en colmillos y garras.
Mientras observaba vio de reojo el movimiento en conjunto de Camila y Manuel, se lanzó a correr hacia Patricia quien también se lanzó al ataque con sus últimas fuerzas, Esteban evitó el golpe de Camila con su propio cuerpo resultando herido pero no puedo evitar la velocidad de Manuel, quien asestó el último y mortal golpe en el cuerpo de Patricia, quien cayó al suelo en una jadeante agonía final.
Se arrodilló junto al cuerpo -ha muerto- susurró y comenzó un lastimero sollozo. Camila caminó hacia Leticia para ver sus heridas mientras Manuel lo miraba de forma despectiva.
-Es mejor que te vayas lejos, has traicionado a tu raza y arriesgado a toda tu familia por esa licántropo, me das asco.
Esteban continúo su llanto sin decir palabra alguna.
-Y llévate ese indigno cadáver- vociferó Manuel.
Esteban sin pensarlo se abalanzó contra Manuel quien sin mucho esfuerzo esquivó el golpe y lo abofeteó dejándolo nuevamente de rodillas en el suelo.
-No hagas ninguna otra tontería
-¡Fuera!- fue la respuesta de Esteban
-Ya sabes, no te quiero volver a ver sino yo mismo me encargo de matarte
-¡Fuera!- volvió a resonar el grito en la habitación -¡Fuera! ¡Maldita sea, déjenme solo!
Manuel se alejó sin responder y ayudó a Camila a cargar a Leticia."
Envíe sus 5 palabras a edov.tales@gmail.com
Palabras enviadas por Michelle Valdivia, ex compañera de trabajo, gracias por el aporte.
"Ella ya no lo amaba y él lo sabía, la relación se basaba en la costumbre y la necesidad de cariño y afecto por parte de ella. Él aún la amaba y sufría cada día al lado de ella esperando que cualquier día de aquellos recuperarla de forma completa.
Ese día se encontraban solos en su casa, comenzó a susurrar palabras de amor y deseo en el oído de ella, al principio y casi como una necesidad ella no hacía caso de estas, a ambos les encantaba éste proceso que aumentaba aún más la líbido que se sentía en el ambiente.
Pasados unos minutos ella ya no soportaba el deseo, escuchaba sus palabras y sentía las caricias en su piel, la yema de sus dedos rozando su piel, pasando por aquellos lugares que él tan bien conocía. En éste punto él siempre rozaba su boca con sus labios y posaba sus manos en su pubis. Con esto él la hacía sonrojar, su respiración se entrecortaba, lo que hacía evidente su excitación.
Se desnudaban sin contemplación, más de un par de veces alguna prenda se rompió ante el ímpetu de aquella acción. Esta vez ambos rompieron el botón de sus pantalones provocando aún más deseo del ya acumulado.
A él le encantaba sentir la humedad en el sexo de ella y a ella le encantaba sentir la dureza del de él. Se tocaban y besaban cada parte de su cuerpo, morder, lamer, sentir, rasguñar, ser uno. Él la amaba y ella se dejaba amar, ella lo deseaba y él la deseaba. Él la quería cobijar por el resto de sus días, ella necesitaba ser cobijada, necesitaba de su hombre y el placer que le brindaba en momentos como aquel.
Él acababa en un orgasmo de placer, pero no se detenía ella también tenía que terminar, cuando lo lograba aún tenía más para ella, la lamía y se concentraba en su clítoris, lamía, mordía y tocaba hasta que ella tenía uno o dos orgasmos más. Sabía que en esos momentos ella lo volvía a amar, aunque fuera solo por un instante. Esos instantes lo hacían sentir bendecido, esos pequeños e intensos instantes de amor le daban fuerza para continuar con su sufrimiento diario.
Consumados aquellos actos se dormían abrazados, él soñaba y despertaba con la melancolía en su punto más alto, deseando de forma desesperada que ella lo amara. Ella soñaba y despertaba con la melancolía en su punto más alto, deseando de forma desesperada volver a amarlo y si eso era imposible, lograr alejarse de él para siempre, pero no podía. Ya no lo amaba pero era absolutamente dependiente y él, lo sabía."
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Palabras enviadas por Daniela Guerra, espero que disfruten:
"El comienzo es bastante simple, solo hay que tener intención de hacerlo. Es bastante cierto que siempre habrá un poco de miedo, el suspenso por la incertidumbre del resultado.
Luego de tener la intención se continúa con la siguiente parte, en la cual uno se contagía con la esperanza, la esperanza de que todo saldrá bien y durará eternamente, la esperanza de ser un ejemplo para las generaciones venideras.
En éste punto viene la parte fundamental, ahora es cuando agregamos todo por lo que se lucha con posterioridad. Presten atención porque no puede faltar ninguno de estos ingredientes: Comprensión, Deseo, Fidelidad, Preocupación, Cariño, Amistad, Confianza, Discreción. De igual forma en éste punto uno puede agregar otros ingredientes a elección personal, pero recuerden que no hay que agregar más de uno que de otro, todos y cada uno de ellos es igual de importante.
Todo esto mezclado con cuidado y protegido de los agentes externos da nacimiento a algo que muy pocos conocen pero que todos esperan tener, el Amor, ese sentimiento tan maravilloso que da nacimiento a muchos otros sentimientos.
Ese es el final de esta mezcolanza, luego depende de cada uno el cuidado que le da a ella, a muchos se les destruye por falta de alguno de los ingredientes o por no protegerla de los agentes externos. Además les recuerdo que siempre, día a día, para mantener en buen estado el trabajo realizado tienen que agregar un pizca de cada uno de los ingredientes.
Espero que consideren lo que les acabo de mencionar, ahora vayan y realicen su mezcla. Vivan felices por el resto de sus días, disfruten del placer de lograr el objetivo en el que muchos hemos fallado."
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Trabajo realizado gracias a las palabras enviadas por Jaime Rodriguez, viejo amigo de Lineage II, gracias Rybueno por tu apoyo y aquellas interminables horas de leveleo.
"Después de esto sé que mi futuro se verá truncado, pero debo contar lo que sé. Al principio el cambio fue poco notorio, nadie notó la infiltración, ni siquiera las autoridades o los servicios de inteligencia de las grandes potencias mundiales. De igual forma si soy sincero nunca hubiésemos podido evitado aunque hubiese sido detectado, su tecnología era mucho más simple pero superior a todo lo nuestro.
Cuando comenzó la invasión de forma masiva estaban tan infiltrados en todos los sectores que nos eliminaron todo tipo de posibilidad de defensa. Yo me encontraba en la Universidad, estas fueron uno de los principales puntos de desembarco, pensaron que como eruditos podríamos planificar alguna forma para repelerlos, me siento alagado por esto pero como ya dije antes, todo intento era imposible.
Su lider se hizo llamar a sí mismo Apocalipsis, un nombre bastante teatral pero que nos atemorizó y con bastantes motivos. Nunca hemos sabido su nombre real ni tampoco escuchado el idioma de ellos, utilizan la comunicación mental y el cerebro escucha todo en el idioma materno, de igual forma pueden bloquearte los sonidos si estiman que no debes escuchar algo específico.
Su apariencia real tampoco la conocemos, se rumorea que algunas personas la han visto, pero es imposible confirmarlo o descartarlo porque todas esas personas han muerto de un ataque al corazón tan solo algunas horas después. ¿Será un trauma ocasionado por el horror y la impresión o acaso alguna inducción creada por ellos al detectar a quienes saben la verdad? Quizás solo sea una invención creada por ellos para controlarnos de mejor forma, terror psicológico en estado absoluto de pureza.
Según hemos sabido los estudiosos que quedamos, quienes somos esstudiamos y somos estudiados de forma recíproca, su raza evolucionó hasta alcanzar un grado muy alto de tecnología, luego ocurrió un quiebre, del cual no dan nada a conocer lo que indujo un estado masivo de tecnofobia, sí, aquellos que nos controlan en base a la tecnología la temen y la aborrecen, usan solo algunos pocos aparatos para lo justo y necesario. Luego del aterrizaje sus naves quedaron en desuso, se podría decir que se encuentran en estado de hibernación, en los mismo puntos donde se posaron al llegar.
Según lo que nos han querido mostrar su raza decidió acabar con todo avance tecnológico en el Universo para así evitar que lo ocurrido en su mundo se vuelva a repetir. Para esto idearon, con mucha aversión, un aparato que deja inoperante todo objeto tecnológico, incluso los que se basan en energía mecánica dejan de funcionar, en otras palabras hasta una bicicleta no sirve si es atacada con esta arma.
En todo esto se podría decir que no he encontrado mucho rasgo de maldad, atacan y esclavizan pero porque intentan que no cometamos el mismo error que ellos, su forma es la errada, pero si nosotros hubiésemos sido los que alcanzábamos ese grado de evolución tecnológica dudo que hubiéramos intentado que otros mundos cometieran el mismo error, es más, nosotros mismos nos hubiésemos destruido y destruido a todo aquel que se nos hubiera acercado.
Por último hablaré sobre otra de sus características, su inmortalidad, esta es la mayor aberración que cometen, como ya expliqué los entiendo bastante en su afán de evitar otra catástrofe por miedo a la tecnología, pero ni su miedo a la tecnología los detiene ante su miedo a la soledad, varios de ellos han muerto o al menos eso creemos porque luego aparecen nuevamente. Quizás después de esto yo también deje de existir por un ataque al corazón pero no lo puedo dejar pasar, estas aberraciones utilizan unos tanques de reanimación, con ellos devuelven la vida o lo que queda de ella a sus cuerpos inertes.
A pesar de esto último, igual los comprendo, yo también deseé contar con algún tipo de tecnología como esa cuando se me fue Alejandra, cuando ellos mismos la asesinaron frente a mis ojos."
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Disculpad la demora y que no continúe aún con el siguiente cuento del proyecto 5W, pero la U me tiene colapsado y no me ha quedado mucho tiempo, por ahora los dejo con un pequeño cuento que nació hace algunos días, casi sin querer y fue terminado completamente sin querer.
"En algún tiempo remoto vivía un pequeño campesino, ya era un hombre para la sociedad pero seguía siendo un niño, tenía experiencia claro está, pero no en todos los aspectos.
Un día, éste joven viajó a la capital, donde por esas casualidades de la vida conoció a la Princesa del Reino, tanta era la belleza de ella que se enamoró perdidamente de ella e hizo lo posible e imposible por poder acercarse a ella en una de las fiestas que se realizaban -motivo por el cual había viajado a la capital-
Después de horas de esfuerzo, logró estar a 5 metros de ella, la llamó, primero con un susurro pero al notar que ella no escuchaba le gritó, aquel grito no sólo fue escuchado por la Princesa sino también por los guardias de ella y por la Reina lo que provocó un pequeño tumulto y la consiguiente persecusión de los guardias. El campesino corrió como nunca en su vida, tratando de esquivar y perder a los guardias entre la multidud, sentía miedo, mucho miedo pero estaba seguro que ella lo había visto. -Sí, me vio-, pensaba mientras corría.
Finalmente logró escabullirse entre la multitud de personas que convertían la capital en un pandemonio. Dos días después volvió a su aldea, sin haber vuelto a ver a la Princesa.
Lo que el campesino no sabía era lo que pensaba y sentió la Princesa en ese momento. Ella sí lo había escuchado, pero no podía voltearse abiertamente y antes de que pudiera hacerlo se escuchó el grito. Se sorprendió al ver quién la llamaba, era simplemente un campesino más como otros, joven sí, pero sucio y mal vestido como todos, pero hubo un detalle que ella no pudo omitir, sus ojos. Los vio de perfil y de forma fugaz, pero vio la negra silueta de sus pupilas y la honestidad e inocencia que se sentía en ellos.
La princesa pasó varias semanas sin dejar de pensar en aquellos ojos, sencillamente estaba cautivada por ellos. De tal forma que no pudo aguantar más y se confesó con su lacaya, mala idea por parte de la Princesa, luego de abandonar la alcoba de la joven la sirvienta corrió donde la Reina a contarle el secreto que le habían confesado. Al enterarse la Reina de lo que pasaba por la mente de la Princesa, la mandó a llamar, luego de horas y horas de retos, gritos y lágrimas la Reina decidió enviar a su hija a un convento, para alejarla de los viles pensamientos y guardarla para el momento en que algún joven Príncipe se presentara ante ellos, los Reyes, para pedir la mano de su retoño.
El viaje y el castigo debastaron a la Princesa quien a pesar de todo no dejaba de pensar en aquellos ojos. Malditos ojos, bendecidos ojos.
Pasó el tiempo y el Campesino se enteró de la suerte de la Princesa, claro que no supo el real motivo de éste encierro. Pero no pudo ni quiso evitar la idea que se le vino a la mente sin demora, viajaría hasta el convento a ver a su Princesa, para declararle su amor.
Demoró dos días en tener todo listo para su travesía, al amanecer del tercer día, antes que despertaran los gallos en el poblado salió caminando haciendo el menor ruido posible.
Viajó durante un mes y medio, pasó frío y hambre, corrío, se escondío de los guardias del Reino que andaban por los caminos y que después descubrió que además estaban haciendo rondas cerca del convento en el cual se encontraba la Princesa.
Esperó dos semanas más en el poblado más cercano gastando el poco dinero que le quedaba mientras planeaba cómo acercarse y llegar al convento sin ser descubierto y arrestado en el intento.
Finalmente llegó el día, su último gasto fue una sotana similar a la de los monjes del convento. Aún así era demasiado el riesgo, sobre todo si al verlo los guardias le solicitaban alguna identificación ya que no la había conseguido. Por tanto trató de caminar con la mayor naturalidad que pudo considerando el nerviosismo que lo carcomía, no solo ante la posibilidad de ser descubierto sino también por el temor y necesidad de encontrarse frente a su amada.
El Campesino caminó vestido con la sotana, pasó ante varios guardias y estos hicieron caso omiso de él, casi llegaba al convento cuando uno de ellos se acercó a él y lo tomó del brazo girándolo hacia él antes de poder reaccionar. Sus miradas se encontraron y notó la desconfianza que emanaba de sus poros, el guardia también la notó. Lo cogió aún con más fuerza mientras llamaba a sus compañeros, rodeado ahora de guardias el Campesino pensó que llegaría a su fin aquella arriesgada empresa.
Sin dejar de mirarlo, el guardia le pidió la identificación, sin saber que hacer Campesino comenzó a tocar entre sus ropas ante la mirada amenazante de sus captores, es mi fin, pensó. En ese momento y ante la sorpresa de los guardias salieron varios monjes del convento acercándose con paso raudo y seguro, se presentaron ante los guardias declarando que a quien habían capturado era uno de ellos, que solicitaban las disculpas del olvido de la identificación pero que ellos como la institución más cercana al Señor asumían la culpa de aquel discípulo. Los guardias dudaron un momento, pero luego soltaron al pobre Campesino quien estaba completamente anonadado.
Ya al interior del convento, se acercó el monje con mayor jerarquía, el Campesino lo supo de inmediato por su atuendo y sus anillos de una riqueza incalculabe, quizás alcanzaría para alimentar a su aldea por un año. Mirada severa ante él, sentió miedo ante sus palabras -quítate ese atuendo, no te pertenece- no dudo ni un instante ante la orden recibida, al terminar notó un cambio en aquella mirada, la severidad se mantenía pero tambien vio bondad.
¿Qué te ha traído hasta acá asumiendo un riesgo tan grande hijo?, le preguntó. El Campesino aún atónito se demoró en responder, ten confianza hijo, escuchó. En ese momento respondió, me trajo el amor Su Santidad, el amor como nunca lo había conocido. ¿Y quién sería la afortunada hijo? inquirío el monje. El Campesino titubeó y antes que pudiera articular palabra el monje le dijo, adelante, te está esperando, soñó que vendrías y desde ese momento te hemos estado esperando.
El Campesino caminó con un monje a cada lado hasta una habitación que tenía una pequeña ventana, era una de las pocas que había en aquel lugar. En medio de la habitación vio a la Princesa, resplandeciente en belleza. Se acercó a ella y se arrodilló.
Ponte de pie le dijo ella y se acercó, él titubeó y se puso de pie. La contempló y luego de la mejor forma que pudo le declaró su amor. La amo desde el primer momento en que la vi mi Princesa, comenzó a decir, ella guardó silencio y el continúo, he hecho un largo camino gastando lo poco que tengo y arriesgándome a ser apresado por volver a verla y poder decirle esto, pero siendo sincero es más por mí que por Usted Su Excelencia, yo la necesito como nunca he necesitado a nadie más en mi vida, le amo como nunca he amado y como estoy seguro que no amaré a nadie más, por favor acepte mi amor.
La Princesa lo escuchó, se demoró en responder y le dijo: yo también me enamoré, me sentía desdichada sin ti, sufrí por mucho tiempo pero ahora se acabó, en este tiempo me he dado cuenta que soy feliz. Mi madre tenía razón, somos muy distintos y nunca podríamos ser realmente felices los dos".
Moraleja: No todas las historias de amor, terminan con amor.
Próximo cuento en proceso.
"Sólo hasta hace poco pude comprender cómo llegamos a sentir tanta angustia.
Con Óscar solíamos estar bien cuando nos conocimos. Les contaré nuestra historia para que entiendan.
Hace cuatro años nos vimos por primera vez, estábamos en la Universidad. No me gustó al principio pero yo sí a él, era atractivo, pero no muy de mi gusto. Por lo general evitaba ese tipo de relaciones.
Primero comenzó acercándose como amigo, la relación se dio de forma normal, yo diría casi de forma perfecta, luego se declaró y las cosas cambiaron. Debo decir que eso fue mi culpa, no tendría que haber sido de esa forma, después de todo con el tiempo sentí atracción por él.
Al alejarme lo dejé solo, de igual forma él se alejó del resto, pero por causa mía, no quería incomodarme frente al resto de nuestros compañeros y amigos. Pasó el tiempo y casi no supe de él, a veces lo veía pero evitaba su mirada y lo rehuía sin preocuparme por el daño que le provocaba.
Cierto día en los pastos de la Universidad mientras compartía con mis compañeros lo vi caminando, en realidad zigzageaba de lo borracho que estaba. No pude evitar acercarme a él y acompañarlo, al principio no me reconoció pero pasado un momento supo que era yo y comenzó una berborrea de ideas como nunca había oído en mi vida, era imposible no notar la desesperación en que se encontraba. Abandonamos la Universidad y lo llevé a mi apartamento, después de su confesión se mantuvo en silencio incluso cuando habíamos llegado. Parecía un zombi. Lo acosté en mi cama y se durmió.
Pasé una noche intranquila, cada ciertos lapsos de tiempo él comenzaba a gritar, por lo que fue una vigilia constante. Pensando en lo que me había dicho en la tarde anterior finalmente después de pasadas unas horas me dormí.
Cuando desperté él me miraba, en su rostro se notaba una mezcla entre tristeza y felicidad. Preparamos el desayuno y él se tomó un par de pastillas, al consultarle el por qué de estas su mirada se tornó sombría. Cabizbajo me contó sobre las crisis que le habían comenzado a afectar cuando nos separamos. Me contó sobre lo que había sido su vida hasta ese momento, dándome cuenta del daño que le había provocado.
Decir que nos quebramos en llanto es poco, lloramos durante minutos, quizás horas, desahogándonos de toda la pena y la rabia que guardábamos. Al estar más tranquilos luego de nuestro desahogo nos miramos y no pudimos evitar lo que hicimos. Nos besamos e hicimos el amor, si habíamos llorado por horas fueron pocas en comparación al tiempo que nos amamos. Sentí cosas que nunca había sentido, su piel junto a la mía fue algo subliminal, cada vez que recuerdo esa primera vez no puedo evitar sonrojarme, sonreír y desear estar junto a él.
Desde aquel día volvimos a estar juntos, compartimos nuestro tiempo en la Universidad y todos supieron sobre nuestra relación. Nuestros amigos nos apoyaron y después de todo el daño hecho, el tiempo alejados, la angustia vivida por ambos, simplemente llegamos a un momento de nuestras vidas lleno de felicidad.
Esa es mi historia, como dije al principio no sabía cómo llegamos a tal nivel de dolor y angustia, fueron muchos los errores sobre todo los míos, pero lo más importante es haber salido de ellos y que se pudieron reparar."
Palabras aportadas por Alexis Silva, compañero de Universidad. Gracias por el aporte y las ganas de participar.
Recuerde enviar sus cinco (5) palabras a edov.tales@gmail.com
Este es el primer aporte "formal" a esta nueva sección, palabras elegidas por María José Reyes, compañera de trabajo, ojalá disfruten:
"El amor se le escabulló sin siquiera notarlo, cuando reaccionó era demasiado tarde y la tristeza se apoderó del vacío dejado por su amado.
Renata solía pensar en lo que había sido su vida, solo logrando estar cada vez más triste. Comenzó dejando de lado sus estudios, la Universidad no hacía más que recordarle las tardes de alegría junto a él.
Luego se alejó de su familia, debido a la poca comunicación que tenían los miembros de esta, nadie notó su distanciamiento. Renata se ahogó en su desesperación y su soledad.
Pasaba el tiempo y notaba cómo las cosas iban de mal en peor, hasta que el destino le dió un giro a su vida. Paseando por abarrotadas calles llegó a un parque que no visitaba desde pequeña, en su interior encontró a un pequeño gato tratando de cazar a una escurridiza mariposa, se sentó y lo miró mientras aquel pequeño gato insistía en su vano intento.
No fue consciente del tiempo transcurrido, pero su corazón se paralizó al notar que el pequeño gato se acercaba a ella con una naturalidad y confianza excesiva, llegó a ella y se acurrucó en sus piernas. Es él, pensó, Sí, es él. No lo dudó y se lo llevó, segura de llevar entre sus brazos al ángel de su amado Juan Pablo."
Recuerde envíar sus 5 palabras a edov.tales@gmail.com.
Gracias.
Hoy comienza este ejercicio que suelo realizar pero ahora será de forma masiva. El o la que quiera participar bienvenido sea.
Explicación:
Varios de los cuentos que uds pueden leer en este blog están basados en cinco (5) palabras indicadas por alguna persona, de estas palabras realizo un cuento donde tienen que estar incluídas sin conjugar y obviamente tienen que tener sentido al ser utilizadas.
Forma de participar:
Simple, como esta entrada bajará (eso espero) no se podrán dejar como comentario acá, por tanto he abierto un mail exclusivo para este blog para que hagan envío de sus palabras. Este mail además estará disponible para recibir comentarios, críticas y/o lo que gusten.
edov.tales@gmail.com
Gracias a quienes quieran participar.
Atte.
Edo V.
Felipe se alejó caminando, no quiso mirar atrás, prefería alejar su mente de aquel recuerdo.
En el camino se encontró con su amigo Héctor, éste estaba con mucho optimismo porque había tenido un buen día en la Universidad. Así que se vio contagiado de la alegría de su amigo, de igual forma sabía que al llegar la soledad volvería la ira.
Felipe y Héctor estuvieron varias horas conversando mientras escuchaban su música favorita, conversaron de la vida, amor, estudios, fútbol y tantos otros temas de los que disfruta Felipe.
Al despedirse de Héctor, Felipe supo que no se había equivocado y a pesar de su esfuerzo no pudo evitar su enojo. Caminó sin detenerse sintiendo la frialdad del aire rozando sus mejillas.
Ley del Colectivo:
Nunca, pero nunca hagas un comentario político a un chofer de colectivo que tiene que trabajar un domingo en la mañana. No parará de hablarte y además se pasará de largo por lo "emocionado" de su discurso, debido a eso tú llegarás tarde al trabajo.
Fluir de la consciencia:
Escribo porque tengo ganas de escribir, por qué fluir, solo se me ocurrió, quizás porque no se me ocurre ninguna otra cosa, he leído mucho, mucho trabajo, poco tiempo para dormir y menos tiemp libre, escribo porque necesito escribir. Laburo, lectura, café... el café ha sido algo vital últimamente para mí, pensar que hace un año yo no tomaba café, había dejado de tomar café unos 2 ó 3 años antes porque tomaba mucho -2 tazas diarias- y ahora tomo 4 ó 5 dependiendo del día, me levanto y puedo tomar por ejemplo leche con avena, pero además me hago una taza de café, en una pega puedo tomar 1 ó 2, en la otra otros 2, luego en mi casa quizás otro. Que loco, a pesar de escribir sin detenerme y "mezclando" cosas sigo utilizando el recuerdo de la coma, puntos, etc... Por qué?? acostumbrado a hacerlo... asdf, onomatopeya? no sé si definirlo de esa forma, muchas veces siento que me faltan palabras para describir las cosas, debo leer más, lo que me lleva nuevamente al primer punto, más lectura, menos escritura y el círculo se completa. Debo encontrar la forma cómo complementar una y otra, más dp que viene la U y eso ocupará otra parte de mi día...
Hace tiempo que te observo, lo hago de forma bastante evidente por lo que ya te has dado cuenta. Me gustan tus sutiles movimientos. De poder hacerlo te acariciaría, pero no me atrevo ni tú me dejarías. Es una lástima, siempre he deseado tener un gato negro como tú.
Pocas veces existe el placer de ver una película bélica donde no existan héroes, donde cada personaje sea más humano que el anterior. Pero menos veces existe el placer de leer un libro en el cual las sensaciones creadas en ti por las imágenes terminen siendo pocas.
Para aclarar yo vi primero la película dirigida por Terrence Malick, sencillamente genial, una obra maestra del cine. Pero hay cosas que superan las obras maestras y en este caso fue la obra que dio origen a la película, el libro escrito por James Jones (1921-1977) en 1962, autor de otros libros que tratan el tema bélico como De Aquí a la Eternidad y Silbido, este ex combatiente de la II GM nos muestra de forma cruel, directa y fría la realidad de las batallas, dejan de existir los números, las victorias y las derrotas. Comenzamos a sentir los personajes, su humanidad, miedos, deseos y frustraciones. Todos arrastrados por la necesidad de conquista y batalla de las sociedades.
En este libro uno puede escuchar el sonido de las balas y las explosiones, mientras lo lees puedes oler la sangre, ver la desesperación de los combatientes mientras van cayendo desplomados por el acero que les quita sus poco apreciadas vidas (salvo para ellos mismos o como piezas de un gran juego de estrategia dirigido por las autoridades de sus respectivos países). Acá no existen buenos o malos, solo existen humanos cada vez más deshumanizados.
James Jones te logra estremecer bajo su pluma, simplemente un libro excelente, más que recomendable.
"Cada Hombre Libra Su Propia Guerra"
Testimonio de Boris Navia, estuvo preso junto a Víctor Jara:
-¡A ESE HIJO DE PUTA ME LO TRAEN PARA ACÁ!- Gritó el oficial apuntando con su dedo a Víctor Jara, quien junto a unos 600 profesores y estudiantes de la UTE ingresábamos prisioneros con las manos en la nuca y a punta de bayonetas y culatazos al Estadio Chile la tarde del Miércoles 12 de Septiembre de 1973. Era el día siguiente del Golpe fascista. El día antes, el 11, Víctor debía cantar en el Acto que se realizaría en la UTE, donde nuestro Rector Enrique Kirberg recibiría al Presidente Allende, quien anunciaría el llamado a Plebiscito al pueblo de Chile... Sin embargo, la voz de Allende fue apagada en la Moneda en llamas y la guitarra de Víctor quedaría allí, destrozada por la bota militar en el bombardeo de la UTE, como testimonio más de la barbarie fascista.
-¡A ESE HIJO DE PUTA ME LO TRAEN PARA ACÁ!- Repitió iracundo el oficial… Casco hasta los ojos, rostro pintado, metralleta al hombro, granada al pecho, pistola y corvo al cinto, balanceando su cuerpo tensado y prepotente sobre sus botas negras.
-¡A ESE HUEVON!. ¡A ESE!!. El soldado lo empuja sacándolo de la fila.
-¡NO ME LO TRATEN COMO SEÑORITA, CARAJO! Ante la orden, el soldado levanta su fusil y le da un feroz culatazo en la espalda de Víctor. Víctor cae de bruces, casi a los pies del oficial.
-¡CHE' TU MADRE!. VOS SOY EL VICTOR JARA HUEVON. EL CANTOR MARXISTA, ¡EL CANTOR DE PURA MIERDA!. Y, entonces, su bota se descarga furibunda una, dos, tres, diez veces en el cuerpo, en el rostro de Víctor, quien trata de protegerse la cara con sus manos, -ese rostro que cada vez que lo levanta esboza esa sonrisa, que nunca lo abandonó hasta su muerte-. Esa misma sonrisa grande con que cantó desde siempre al amor y a la revolución.
-YO TE ENSEÑARÉ HIJO DE PUTA A CANTAR CANCIONES CHILENAS, ¡NO COMUNISTAS!... El golpe de una bota sobre un cuerpo indefenso no se olvida jamás... el oficial sigue implacable su castigo, enceguecido de odio, lo increpa y patea. La bota maldita se incrusta en la carne del cantor. Nosotros, apuntados por los fusiles contemplamos con horror la tortura de nuestro querido trovador y pese a la orden de avanzar nos quedamos transidos frente al horror. Víctor yace en el suelo. Y no se queja. Ni pide clemencia. Sólo mira con su rostro campesino al torturador fascista. Este se desespera. Y de improviso desenfunda su pistola y pensamos con pavor que la descerrajará sobre Víctor. Pero, ahora le golpea con el cañón del arma, una y otra vez. Grita e increpa. Es histeria fascista. Y, entonces, la sangre de Víctor comienza a empaparle su pelo, a cubrirle su frente, sus ojos... Y la expresión de su rostro ensangrentado se nos quedaría grabada para siempre en nuestras retinas...
El oficial se cansa y de pronto detiene sus golpes. Mira a su alrededor y advierte los cientos de ojos testigos que en una larga hilera lo observan con espanto y con ira. Entonces, se descompone y vocifera.
-¡¿QUE PASA HUEVONES?!. ¡QUE AVANCEN ESTAS MIERDAS!!. Y A ESTE CABRON- se dirige a un soldado, -ME LO PONES EN ESE PASILLO Y AL MENOR MOVIMIENTO, LO MATAS, ¡LO MATAS!, ¿ENTENDISTES, CARAJO?!-
El Estadio Chile se iba llenando rápidamente con prisioneros políticos. Primero, 2 mil, luego seríamos más de 5.000. Trabajadores heridos, ensangrentados, descalzos, con su ropa hecho jirones, bestialmente golpeados y humillados. El golpe fascista tuvo allí, como en todas partes, una bestialidad jamás vista. Las voces de los oficiales azuzando a los soldados a golpear, a patear, a humillar a esta “escoria humana” a la “cloaca marxista”, como lo espetan. -Hasta hoy día la gente nos pregunta si los miles de prisioneros del Estadio presenciaron estas torturas de Víctor y la respuesta es que, sólo unos pocos, sus compañeros de la UTE y los más cercanos, ya que el destino y la vida de cada uno estaba en juego- y, además, el ESTADIO CHILE era un
MULTIESCENARIO DEL HORROR, de la bestialidad más despiadada.
Allí arriba un oficial le cortaba la oreja con su corvo a un estudiante peruano, acusándolo por su piel morena de ser cubano. Allá, un niño de unos 12 años, de repente se levanta de su asiento y llamando a su padre corre enloquecido entre los prisioneros y un soldado le descargaba su ametralladora. De pronto un soldado tropieza en las graderías con el pie de un obrero viejo y “El Príncipe”, que así se hacía llamar uno de los oficiales a cargo, desde lo alto de los reflectores que nos enceguecían, le ordena que le golpee y el soldado toma el fusil por su cañón y quiebra su culata en la cabeza del trabajador, que se desangra hasta morir. Un grito de espanto nos sobrecoge. Desde lo alto de la gradería, un trabajador enloquecido se lanza al vacío al grito de ¡VIVA ALLENDE! y su cuerpo estalla en sangre en la cancha del estadio. Enceguecidos por los reflectores y bajo los cañones de las ametralladoras llamadas “las sierras de Hitler” siguen llegando nuevos prisioneros.
VÍCTOR, herido, ensangrentado, permanece bajo custodia en uno de los pasillos del Estadio Chile. Sentado en el suelo de cemento, con prohibición de moverse. Desde ese lugar, contempla el horror del fascismo. Allí, en ese mismo Estadio que lo aclamó en una noche del año 69 cuando gana el Primer Festival de la Nueva Canción Chilena, con su PLEGARIA DE UN LABRADOR:
Levántate
Y mírate las manos
Para crecer, estréchala a tu hermano
Junto iremos unidos en la sangre
Hoy es el tiempo que puede ser mañana.
Juntos iremos unidos en la sangre
Ahora y en la hora de nuestra muerte, amén.
(fragmento)
Allí es obligado a permanecer la noche del Miércoles 12 y parte del Jueves 13, sin ingerir alimento alguno, ni siquiera agua. Víctor tiene varias costillas rotas, uno de sus ojos casi reventado, su cabeza y rostro ensangrentados y hematomas en todo su cuerpo. Y estando allí, es exhibido como trofeo por el Oficial superior y por “el Príncipe” ante las delegaciones de oficiales de las otras ramas castrenses y cada uno de ellos hace escarnio del cantor.
La tarde del Jueves se produce un revuelo en el Estadio. Llegan buses de la Población La Legua. Se habla de enfrentamiento. Y bajan de los buses muchos presos, heridos y también muchos muertos. A raíz de este revuelo, se olvidan un poco de Víctor. Los soldados fueron requeridos a la entrada del Estadio.
Entonces, aprovechamos de arrastrar a Víctor hasta las graderías. Le damos agua. Le limpiamos el rostro. Eludiendo la vigilancia de los reflectores y las “punto 50”, nos damos a la tarea de cambiar un poco el aspecto de Víctor. Queremos disfrazar su estampa conocida. Que pase a ser uno más entre los miles. Un viejo carpintero de la UTE le regala su chaquetón azul para cubrir su camisa campesina. Con un cortauñas le cortamos un poco su pelo ensortijado. Y cuando nos ordenan confeccionar listas de los presos para el traslado al Estadio Nacional, también disfrazamos su nombre y le inscribimos con su nombre completo: VICTOR LIDIO JARA MARTINEZ. Pensábamos, con angustia, que si llegábamos con Víctor al “Nacional”, y escapábamos de la bestialidad fascista del “Chile”, podríamos, tal vez, salvar su vida.
Un estudiante nuestro ubica a un soldado conocido, le pide algo de alimento para Víctor. El soldado se excusa, dice que no tiene, pero más tarde aparece con un huevo crudo, lo único que pudo conseguir y Víctor toma el huevo y lo perfora con un fósforo en los dos extremos y comienza a chuparlo y nos dice, recuperando un tanto su risa y su alegría, “en mi tierra de Lonquén así aprendí a comer los huevos”. Y duerme con nosotros la noche del Jueves, entre el calor de sus compañeros de infortunio y, entonces, le preguntamos que haría él, un cantor popular, un artista comprometido, un militante revolucionario, ahora en Dictadura y su rostro se ensombrece previendo, quizás, la muerte. Hace recuerdos de su compañera, Joan, de Amanda y Manuela, sus hijas y del Presidente Allende, muerto en la Moneda, de su amado pueblo, de su partido, de nuestro Rector y de sus compañeros artistas. Su humanidad se desborda aquella fría noche de Septiembre.
El Viernes 14 estamos listos para partir al Nacional. Los fascistas parecen haberse olvidado de Víctor. Nos hacen formar para subir a unos buses, manos en alto y saltando. Y las bayonetas clavándonos. En el último minuto, una balacera nos vuelve a las graderías.
Y llegamos al fatídico SÁBADO 15 DE SEPTIEMBRE DE 1973. Cerca del medio día tenemos noticias que saldrán en libertad algunos compañeros de la UTE. Frenéticos empezamos a escribirles a nuestras esposas, a nuestras madres, diciéndoles solamente que estábamos vivos. Víctor sentado entre nosotros me pide lápiz y papel. Yo le alcanzo esta libreta, cuyas tapas aún conservo. Y Víctor comienza a escribir, pensamos en una carta a Joan su compañera. Y escribe, escribe, con el apremio del presentimiento. De improviso, dos soldados lo toman y lo arrastran violentamente hasta un sector alto del Estadio, donde se ubica un palco, gradería norte. El oficial llamado el Príncipe tenía visitas, oficiales de la Marina. Y desde lejos vemos como uno de ellos comienza a insultar a Víctor, le grita histérico y le da golpes de puño. La tranquilidad que emana de los ojos de Víctor descompone a sus cancerberos.
Los soldados reciben orden de golpearlo y comienzan con furia a descargar las culatas de sus fusiles en el cuerpo de Víctor. Dos veces alcanza a levantarse Víctor, herido, ensangrentado. Luego no vuelve a levantarse. Es la última vez que vemos con vida a nuestro querido trovador. Sus ojos se posan por última vez, sobre sus hermanos, su pueblo mancillado.
Aquella noche, nos trasladan al Estadio Nacional y al salir al foyer del Estadio Chile vemos un espectáculo dantesco. Treinta o cuarenta cuerpos sin vida están botados allí y entre ellos, junto a Litre Quiroga, Director de Gendarmería del Gobierno Popular, también asesinado, el cuerpo inerte y el pecho perforado a balazos de nuestro querido VÍCTOR JARA. 42 balas. La brutalidad fascista había concluído su criminal faena. Era la noche del sábado 15 de Septiembre. Al día siguiente su cadáver ensangrentado, junto a otros, sería arrojado cerca del Cementerio Metropolitano.
Esa noche, entre golpes y culatazos ingresamos prisioneros al Estadio Nacional. Y nuestras lágrimas de hombres quedaron en reguero, recordando tu canto y tu voz, amado Víctor, Víctor del Pueblo:
Yo no canto por cantar
Ni por tener buena voz
Canto porque la guitarra
Tiene sentido y razón.
Que no es guitarra de ricos
Ni cosa que se parezca
Mi canto es de los andamios
Para alcanzar las estrellas.
Te recuerdo Amanda
la calle mojada
donde trabajaba Manuel
Manuel
(fragmentos)
Esa misma noche, ya en el Nacional, lleno de prisioneros, al buscar una hoja para escribir, me encontré en mi libreta, no con una carta, sino con los últimos versos de Víctor, que escribió unas horas antes de morir y que el mismo tituló “ESTADIO CHILE”, conteniendo todo el horror y el espanto de aquellas horas. Inmediatamente acordamos guardar este poema. Un zapatero abrió la suela de mi zapato y allí escondimos las dos hojas del poema. Antes, yo hice dos copias de él, y junto al ex Senador Ernesto Araneda, también preso, se las entregamos a un estudiante y a un médico que saldrían en libertad.
Sin embargo, el joven es chequeado por los militares en la puerta de salida y le descubren los versos de Víctor. Lo regresan y bajo tortura obtienen el origen del poema. Llegan a mí y me llevan al Velódromo, transformado en recinto de torturas e interrogatorio.
Me entregan a la FACH y tan pronto me arrojan de un culatazo a la pieza de tortura, el oficial me ordena sacarme el zapato donde oculto los versos. -¡ESE ZAPATO, CABRÓN!- Grita furibundo. Su brutalidad se me viene encima. Golpea el zapato hasta hacer salir las hojas escritas. Mi suerte estaba echada. Y comienzan las torturas, patadas, culatazos y la corriente horadando las entrañas, torturas destinadas a saber si existían más copias del poema.
Y ¿por qué a los fascistas les interesaba el poema?
Porque a cinco días del golpe fascista en Chile, el mundo entero, estremecido, alzaba su voz levantando las figuras y los nombres señeros de SALVADOR ALLENDE y VÍCTOR JARA. Y en consecuencia, sus versos de denuncia, escritos antes del asesinato, había que sepultarlos.
Pero, quedaba otra copia con los versos de Víctor, que esa noche debía salir del estadio. Entonces, se trataba de aguantar el dolor de la tortura. De la sangre. Yo sabía que cada minuto que soportara las flagelaciones en mi cuerpo, era el tiempo necesario para que el poema de Víctor atravesara las barreras del fascismo. Y, con orgullo debo decir que los torturadores no lograron lo que querían. Y una de las copias atravesó las alambradas y voló a la libertad y aquí están los versos de Víctor, de su último poema:
“ESTADIO CHILE”
Somos cinco mil
En esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total en las ciudades y en todo el país?
¡Cuanta humanidad
hambre, frío, pánico,
dolor, presión moral, terror y locura!.
Somos diez mil manos menos que no producen
¿Cuántos somos en toda la Patria?
La sangre del compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
CANTO QUE MAL ME SALES
CUANDO TENGO QUE CANTAR ESPANTO
ESPANTO COMO EL QUE VIVO
COMO EL QUE MUERO, ESPANTO.
(fragmento)
Estos versos recorrieron todo el planeta. Y las canciones de Víctor, de amor y rebeldía, de denuncia y compromiso, siguen conquistando a los jóvenes de todos los rincones de la tierra. El oficial fascista que ordenó acribillarlo debió quedar contento con su crimen, pensando que había silenciado la voz del cantor, sin saber que hay poetas y cantores como VÍCTOR JARA, que no mueren, que mueren para vivir, y que su voz y su canto seguirán vivos para siempre en el corazón de los pueblos.
Este es su testimonio y a ustedes se lo entrego queridos compañeros.
Testimonio de Boris Navia, estuvo preso junto a Víctor Jara (Septiembre 1973)
VíCTOR VIVE EN EL CORAZON DE SU PUEBLO...
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