Palabras enviadas por Michelle Valdivia, ex compañera de trabajo, gracias por el aporte.
"Ella ya no lo amaba y él lo sabía, la relación se basaba en la costumbre y la necesidad de cariño y afecto por parte de ella. Él aún la amaba y sufría cada día al lado de ella esperando que cualquier día de aquellos recuperarla de forma completa.
Ese día se encontraban solos en su casa, comenzó a susurrar palabras de amor y deseo en el oído de ella, al principio y casi como una necesidad ella no hacía caso de estas, a ambos les encantaba éste proceso que aumentaba aún más la líbido que se sentía en el ambiente.
Pasados unos minutos ella ya no soportaba el deseo, escuchaba sus palabras y sentía las caricias en su piel, la yema de sus dedos rozando su piel, pasando por aquellos lugares que él tan bien conocía. En éste punto él siempre rozaba su boca con sus labios y posaba sus manos en su pubis. Con esto él la hacía sonrojar, su respiración se entrecortaba, lo que hacía evidente su excitación.
Se desnudaban sin contemplación, más de un par de veces alguna prenda se rompió ante el ímpetu de aquella acción. Esta vez ambos rompieron el botón de sus pantalones provocando aún más deseo del ya acumulado.
A él le encantaba sentir la humedad en el sexo de ella y a ella le encantaba sentir la dureza del de él. Se tocaban y besaban cada parte de su cuerpo, morder, lamer, sentir, rasguñar, ser uno. Él la amaba y ella se dejaba amar, ella lo deseaba y él la deseaba. Él la quería cobijar por el resto de sus días, ella necesitaba ser cobijada, necesitaba de su hombre y el placer que le brindaba en momentos como aquel.
Él acababa en un orgasmo de placer, pero no se detenía ella también tenía que terminar, cuando lo lograba aún tenía más para ella, la lamía y se concentraba en su clítoris, lamía, mordía y tocaba hasta que ella tenía uno o dos orgasmos más. Sabía que en esos momentos ella lo volvía a amar, aunque fuera solo por un instante. Esos instantes lo hacían sentir bendecido, esos pequeños e intensos instantes de amor le daban fuerza para continuar con su sufrimiento diario.
Consumados aquellos actos se dormían abrazados, él soñaba y despertaba con la melancolía en su punto más alto, deseando de forma desesperada que ella lo amara. Ella soñaba y despertaba con la melancolía en su punto más alto, deseando de forma desesperada volver a amarlo y si eso era imposible, lograr alejarse de él para siempre, pero no podía. Ya no lo amaba pero era absolutamente dependiente y él, lo sabía."
Recuerde enviar sus 5 palabras a edov.tales@gmail.com
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me gusta esa palabra "cobijar" me trae demasiados recuerdos de una persona que la decia u.u
CamiLita dijo...
2 de mayo de 2009, 21:32