-¿Me amas aún? -le preguntó ella
-Más de lo que crees -respondió sin dudar
-Es bueno saberlo. Se siente muy bien.
-¿Y tú?, ¿aún me amas?
-Yo sí, te amo.
Él la miró, siempre estuvo impresionado por su sonrisa, siempre radiante y esta no era la excepción. Se acercó lo más que pudo tratando de llegar a sus labios.
Ella no podía resistirse a sus labios así que lo besó como siempre lo hacía, luego lo miró feliz a los ojos.
Él sonrió, demostrando su felicidad y solo salieron dos palabras de su boca:
-Te amo.
Entrada más reciente Entrada antigua Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Mucha azúcar para mi (pero igual me imaginé la escena, bonita la escena, bonita)
Retuércete dijo...
18 de noviembre de 2008, 1:33