LXIX


Me miras de reojo y no te puedo ocultar mi deseo por tener tu cuerpo desnudo junto al mío, lo sabes y piensas igual que yo, pero ya habrá tiempo para eso.


Cenamos con un par de velas, afuera llueve y un rayo ilumina la habitación, miras con miedo pero sabes que no hay de qué temer, dentro estamos completamente cómodos. La comida es simple, arroz con vienesas, algo típico pero que a ambos nos gusta y nos deja satisfechos.

Terminamos de comer y subimos a mi habitación, nos comenzamos a besar mientras la lluvia se escucha en el techo y de vez en cuando nuestros cuerpos ya desnudos se iluminan con los relámpagos.

Cuando estamos descansando pienso en el amor que siento por ti, te miro a los ojos y te digo cuanto te amo, con el tiempo me di cuenta que tú eres la esencia de mi alma, me sonríes y me besas comenzando nuevamente aquella lucha de la que ya fuimos y seremos partícipes. Beso tu cuerpo mientras comienzas a variar tu posición en la cama y dices solo tres palabras que me enloquecen: sesenta y nueve.



4 comentarios:

Hola nuevamente.... me gustó tu relato, como que cada vez estas más intenso y eso me agrada jajaja, me gusta que tus relatos sean diferentes a los que se pueden leer a diario....

16 de agosto de 2008, 20:43  

Cuento RE-CI-CLA-DO.

:P

16 de agosto de 2008, 23:12  

A pedido de mi antigua imaginativa audiencia, mi comentario respecto al cuento (opinión personal)

El relato no me gustó, esta lleno de elementos clichés, que lo hacen poco digerible, a mi gusto. Velas, lluvia, relámpagos.

El final del cuento, las 3 palabras, como remate, ya dijiste previamente que los cuerpos variaban de posición. Habría preferido leer un relato mas sugerente y menos explícito.

Debo reconocer que el título en romano es creativo, pero acusó un poco el descenlace.

17 de agosto de 2008, 21:18  

Como ultima acotación... el título solamente bastaba para dar forma a las 3 palabras que te "enloquecen", sin tener que mencionarla

17 de agosto de 2008, 21:24  

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