Conocí a Isabel hace algunos años, una joven atractiva, estudiante de medicina de la Universidad de C. Cuando nos conocimos tenía solo 21 años y me cautivó, yo ya había cruzado la barrera de los 40 y a pesar de eso no pude evitar pensar de forma un tanto indecente considerando nuestra gran diferencia de edad. Con el paso del tiempo vi lo imposible que sería esto porque para ella yo era casi un padre y en parte su mentor, lo último en realidad fue lo opuesto, porque finalmente yo aprendí más de ella que todo lo que le pude enseñar con mis libros.
Nos conocimos en una charla de hechos paranormales. A pesar de no haber vivido alguna experiencia en forma cercana siempre me he sentido obsesionado y atraído por estas. De pequeño comencé a leer a maestros del terror como Lovecraft y Poe y otros tantos escritores de este género. Recuerdo que cuando era muy pequeño mi hermano mayor, quien falleció hace algunos años, me leía algunos versos de los poetas malditos.
Isabel había asistido porque lograba desdoblar su alma de su cuerpo, por esto quería aprender más sobre su habilidad. Llevaba un año aproximadamente haciéndo esto e investigando a través de la limitada información que le brindaban las bibliotecas públicas e internet, pero todos los datos eran vagos salvo algunos escritos que hacían resúmenes de entrevistas a quienes realizaban viajes astrales. Uno de estos escritos fue hecho por Monroe basado en sus propias experiencias, el cual tenía en mi biblioteca personal, ese fue el motivo por el que Isabel decidió acercarse a mí.
Desde el comienzo se mostró interesada por todo lo que podía aprender de los conocimientos que he adquirido a lo largo de los años como filólogo. Desde hace casi una década que me siento orgulloso de la biblioteca que tengo, fruto de esfuerzos y gastos que muchas veces me dejaron casi en la quiebra económica, pero gracias a la fortuna familiar que recibí y de algunas buenas inversiones en la bolsa he logrado salir adelante y cumplir mis objetivos.
Por esto me hacía sentir importante que una bella joven como ella, con un futuro bastante prometedor se mostrara interesa en compartir su tiempo y además escuchar tan atenta a todo lo que le podía enseñar.
Ahora me arrepiento de gran parte de aquello, aunque era imposible que supiera al menos con certeza los riesgos que habían en todo y lo que le pasaría a Isabel.
Pasábamos horas estudiando viejos manuscritos tratando de obtener más conocimientos. Pero lo que realmente me encantaba era escuchar sus experiencias sobre las huídas por parte de su alma de su joven cuerpo y los lugares que recorría durante sus experiencias. De esta forma ella obtuvo otros conocimientos y en ocasiones incluso pequeños objetos que traía de los más diversos lugares. Al despertar los tenía aferrados en sus manos o su cuerpo mostraba las pruebas de esto, granos de arena entre sus dedos, su cabello mojado con agua salada, pequeñas plantas bastante exóticas, entre tantas otras. Estos objetos los guardaba en mi estudio ya que no tenía la confianza suficiente con sus padres para contarles todo esto o para mantener sus tesoros en su hogar.
Por mi parte yo guardaba todo y escribía sus relatos. Este tesoro, así como los manuscritos están escondidos en otro lugar y no daré a conocer estas experiencias ya que muchas personas podrían sentirse atraídas por esto, y no estoy dispuesto a cargar con más peso en mi vieja y atormentada alma.
Dentro de nuestros estudios sobre los viajes astrales había un vacío en todos los relatos, este punto era el de aquellos seres que se encuentran a nuestro alrededor y quieren robar los cuerpos de aquellos que separan su alma de ellos. Estos extraños seres se encuentran en un dimensión paralela a la nuestra y son el mayor peligro al que se enfrentan aquellos que realizan los viajes, son quienes pueden cortar el nexo que une el cuerpo físico con el alma mientras ésta vaga por otros lugares.
Nunca había logrado comprender el por qué este miedo que es tan real para los viajeros astrales no hubiese sido documentado de forma concreta en alguna entrevista o escrito a lo largo de todos los años, ahora lo comprendo y lamento este conocimiento.
Antes de Isabel no hubo y espero que no vuelva a haber una persona capaz de controlar de forma tan efectiva el movimiento de su propia alma y cruzar la última barrera. En términos simples quiere decir que estos seres nunca han podido cortar el nexo cuerpo-alma porque se encuentran más allá de la dimensión alcanzada por los viajeros, pero estos los pueden sentir en sus viajes porque se encuentran más cerca de esta dimensión que nosotros. Isabel cometió un gran error, que fue cruzar esta barrera, aunque gracias a esto ella podía traer objetos materiales con su alma.
Un día, el cual nunca podré olvidar, estaba realizando uno de sus viajes en mi estudio cuando su cuerpo se comenzó a convulsionar. Como comprenderán me asusté ya que sus viajes siempre fueron tranquilos, pero gracias a los conocimientos que tenía sobre la materia logré calmarla y al cabo de unos segundos despertó. Lloraba y su cuerpo no dejaba de temblar, me abrazó y siguió llorando acurrucada a mi lado hasta que volvió a dormirse, esta vez en un sueño normal.
Cuando despertó nuevamente me contó entre sollozos lo que había ocurrido. En el momento en que cruzó la línea en que su alma comenzaba a ser física se encontró con uno de estos entes, al describírmelo no pude menos que sentir un terror realmente indescriptible. Sabía que no mentía y por lo mismo no podía creer que aquella niña que se veía tan frágil hubiese logrado luchar contra aquel demonio y volver. De haber sido yo no hubiese sobrevivido a aquello, tan solo me contó esto y cada vez que lo recuerdo temo por lo que podría pasar si lograran cruzar las dimensiones y llegar a nuestro débil y joven mundo. Gracias a Dios sé que no pueden cruzar las dimensiones, al menos no sin ayuda y no más de uno a la vez, lo cual ya es bastante malo.
Logré que Isabel me prometiera no continuar con los viajes, nuestros experimentos habían llegado muy lejos y debíamos detenernos, ya sabíamos más de lo que muchos siquiera sospechaban. A pesar del sufrimiento de Isabel, pensé de forma egoísta en los documentos que había escrito sobre estas experiencias y por sobre todo la última de ellas, yo podía documentar el encuentro con uno de estos demoníacos seres, cosa que hasta el momento no se ha logrado y espero que no suceda.
Pasó el tiempo y las visitas de Isabel fueron disminuyendo, debido a las transcripciones que realizaba de todo esto no me preocupé de este detalle y asumí que solo eran efectos del terror sufrido. Cuando venía andaba cabizbaja, ya solo nos acompañábamos, nuestras charlas casi no existían.
Llegó el día en que realmente noté por lo que estaba atravesando y lo frágil que era, a pesar de haber ganado con su alma la batalla contra uno de estos seres seguía siendo solo una niña, apenas había cumplido 22 años, menos de la mitad de vida y ya tenía un recuerdo que la torturaría durante el resto de su vida, algo macabro y tenebroso. La cobijé y nuevamente le hice prometer que no volvería a realizar un viaje, me miró a los ojos y lo prometió, luego se acercó y se dejó caer sobre mi abrazándome. Sentí la forma de sus pechos que se dibujaban bajo su blusa y volví a mirarla de forma egoísta, una excitación recorría mi entrepiernas, tomé su rostro con mi mano y lo levanté, sus ojos estaban húmedos y rojos. La besé sin pensarlo, ella devolvió aquel beso. No fui capaz de tocarla a pesar de mi excesivo deseo, me sentía sucio ya que realizaba algo perverso, la quería y me gustaba, la deseaba con todo mi corazón, pero mi razón y mi amor eran por sobre todo mucho mayores, de la misma forma en que yo me había convertido en un padre, ella para mí era casi mi hija.
Así que frené aquella situación a pesar de mi casi adolescente deseo, me miró sorprendida, traté de explicarle por qué había hecho esto pero no me comprendió, sentía su orgullo de mujer herido, sentía que la había rechazado. Después de esto se fue, con una fría despedida.
Pasaron los días y luego las semanas sin saber algo sobre ella, no respondía su celular y en su casa me indicaban que no estaba o que se sentía mal por lo que no quería hablar con nadie, ni siquiera conmigo. Me sentí pésimo, pero no podía hacer más, por lo que comencé a rondar su casa tratando que no me vieran, la luz de su habitación permanecía prendida pero al llamar negaban que estuviera, comprendí que no quería verme. Me marché con el corazón roto y sin señales de mi amada Isabel.
Durante muchos meses la busqué entre las multitudes, fui a su universidad y ya no estaba, comencé a asistir a charlas sin prestarles verdadera atención, solo la buscaba a ella y ella no aparecía, había abandonado aquello que nos unía.
Aproximadamente un año después del último viaje que realizó junto a mí la volví a encontrar, realmente era ella, mi corazón latía muy rápido y me volví a sentir feliz luego de mucho tiempo. Me acerqué a ella y la llamé por su nombre, no pareció que me oyera por lo que me acerqué y toqué su hombro, se volteó y vi sus ojos. En aquel instante supe la verdad, por algún motivo Isabel no cumplió su promesa, volvió a realizar uno de sus viajes y esta vez había perdido la batalla. El brillo de aquellos ojos tenía algo diabólico, no era ella, su alma no se encontraba en ese cuerpo que tantas veces había deseado. Isabel, más bien su cuerpo sonrió, una sonrisa sardónica que me produjo un horror como nunca había sentido antes. Luego se volteó nuevamente sin decir palabra alguna y se alejó.
Ahora paso cada instante de mi vida recordando los momentos en que estuvimos juntos, pienso en su infortunada alma que debe recorrer quizás cuántas dimensiones sin poder volver a su cuerpo, y pienso en aquel ser que está en el cuerpo de Isabel. Recuerdo la descripción que me dio de él y temo, temo por mí que sé la verdad y temo por la humanidad que no sabe que hay un demonio caminando entre ellos, capaz de quizás qué cosa.
A veces, cuando duermo creo sentirla, siento que está cerca de mí y que se recuesta a mi lado. Algún día quizás nos volvamos a encontrar, quizás en ese momento sepa por qué no cumplió su promesa.
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Cuento entretenido. Es cierto, me hice muchas espectativas sobre el final, pero bueno, ya te di mis razones. Un mejor trabajo de insinuar es lo que falto. el Principio "le tememos, no a lo que conocemos, si no que a lo que sospechamos que podemos saber"
Creo que aún te puedes esforzar más.
;-)
Saludos
Tu criticona audiencia.
[Oscar] dijo...
3 de diciembre de 2008, 23:23
Muy, pero MUY cerca de ser un excelente cuento.
Detalles:
Algunas comas, se te pasan de largo xD!
Algo de información redundante.
Me gustó mucho: el cambio que generas dentro de la historia, con cierta abrumadora descripción al inicio, a una fluidez genial cerca del final.
Pero el "ending"... creo que puede ser mucho mejor! aunque estuvo buenísimo.
Negro Garcés dijo...
4 de diciembre de 2008, 1:53
Yeah.-
Unknown dijo...
5 de diciembre de 2008, 23:39
Feliz cumpleaños cabashero, cuando encuentre algo que dedicarte lo haré, un abrazo ^^
Retuércete dijo...
8 de diciembre de 2008, 12:11
Lo empecè a leer hace un tiempo.. y ahora qe me lo mandaste lo retome :P
pero las canciones me atrapan perdòn ! :P
el otro dìa en una vola màs o menos hablamos ese tema con mis friends :)
amè el final ! tuve una rara sensaciòn con el :S
cuidate ñoño :) me agrada cmo escribes ^^
CamiLita dijo...
20 de diciembre de 2008, 22:52
aaw me gustó ^^
Anónimo dijo...
13 de abril de 2009, 21:01